Hello, friends of Holos&Lotus: I had a toothache yesterday.

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The tricky thing about leading by example with your children is that it's a full-time job, even when you're suffering from a terrible toothache.
Yesterday, I wasn't a good example, I have to say. At least not for a couple of hours (which seemed like an eternity).

We've told the children not to have violent outbursts. Violence is always something negative, bad.
But in my pain, I felt like hitting myself, to see if that would make it go away. But to avoid it, I punched the wall a couple of times.
It was pointless, unnecessary. But when I was angry, I did it without thinking, and at the time, it made perfect sense.

We've told the children to think things through before they do them. And, you see, I didn't.

We've told them not to raise their voices, not to curse, or use bad words.
And I did.
You can be sure I felt very ashamed then, and now that I'm writing this, like a kind of exorcism. Perhaps someone reading this has been in similar situations.
And I say all this not to justify myself or make myself a victim.
The father is a full-time father. I did all this without realizing that they were listening and/or watching me. They were there.
Noticing them, I had to endure, as you can imagine, and pretend the pain was less. Seeing them, I had to set an example of something else we've taught them:

We've told them that, if they make a mistake, they must apologize and take responsibility.

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And then, for the first time since the toothache started, I was able to practice what I preached, twice over.
To do that, I had to call them both and apologize for my behavior. I asked them to forgive me for every single wrong thing I had done. I told them it was unacceptable for me to behave that way. But they were so nice that they told me it was no problem at all. They were concerned about my pain.
So, I tried to turn the situation around and take advantage of the situation, telling them that's why we insisted they brush their teeth after every meal. So they wouldn't go through the bad time I had been through.
Then they started asking me if it hurt that much and other questions about it.
In the end, I was able to take advantage of the situation and turn it from negative to positive. I was able to set an example and do my job as a father.
I've always heard that there's no book that teaches us how to be a father. It's also said that no one is perfect. And it's true. But we learn from each situation, and today I learned that, no matter how much pain there is, no matter how difficult the situation, a father has to "stay in character" and set an example. A father has to be the role model at all times.
The work of months, years, can be ruined in a matter of seconds if we lose our composure. If we lose our cool.
It's difficult, I know, believe me. Yesterday I had to smile when what I wanted to do was scream. But I did it, I smiled, and we talked for a long time.
Because a father has to provide them with peace of mind and make them feel safe at home. Make them happy.
Yesterday, finally, I was able to behave like a father to them.
And I was happy. Very happy despite the toothache that persisted in bothering me.

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**Versión en español**
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Hola, amigos de Holos&Lotus: ayer tuve dolor de muela.

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Lo complicado de predicar con el ejemplo ante los hijos, es que es un trabajo a tiempo completo, incluso, cuando sufrimos un terrible dolor de muelas.
Ayer, no fui un buen ejemplo, lo tengo que decir. Al menos, durante un par de horas (que parecieron eternas).

Le hemos dicho a los niños que no tengan arranques de violencia. La violencia siempre es algo negativo, malo.
Pero en mi dolor, tenía ganas de golpearme, a ver si así se me quitaba. Pero, para no hacerlo, le lancé un par de golpes a la pared.
Fue algo sin sentido alguno, innecesario. Pero al estar rabiando, lo hice sin pensarlo y en aquel momento, tenía todo el sentido del mundo.

Le hemos dicho a los niños que piensen bien las cosas antes de hacerlas. Y, ya ven, no lo hice.

Le hemos dicho que no alcen la voz, no maldigan ni digan malas palabras.
Y lo hice. 
Pueden estar seguros que me sentí muy avergonzado luego y ahora que lo escribo, como especie de exorcismo. Quizás alguien que me lee ha estado en situaciones similares.
Y digo todo esto, no para justificarme o victimizarme. 
El padre es padre a tiempo completo. Todo esto lo hice sin notar que ellos me estaban escuchando y/o viendo. Ellos estaban ahí.
Al notarlos, tuve que aguantar como quizás puedan imaginarse y hacer como que era menor el dolor. Al verlos, tuve que dar el ejemplo de otra cosa que les hemos enseñado:

Les hemos dicho que tienen que, si cometen una falta, pedir perdón y asumir su responsabilidad.

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Y entonces, por primera vez desde que comenzó el dolor de muela, pude predicar con el ejemplo, por partida doble.
Para eso tuve que llamarlos a los dos y pedirles disculpas por mi comportamiento. Les pedí que me disculparan por cada cosa incorrecta. Les dije que era inaceptable por mi parte comportarme de ese modo. Pero ellos son tan buenos que me dijeron que no había problema alguno. Estaban preocupados por mi dolor.
Entonces, traté de darle la vuelta al asunto y sacar provecho de la situación y les dije que por eso nuestra insistencia a que se cepillaran los dientes después de cada comida. Para que no pasaran por el mal rato que había pasado. 
Entonces ellos comenzaron si dolía tanto y otras preguntas más sobre este tema. 
Al final, pude sacarle provecho a la situación y convertirla de negativa a positiva. Pude dar el ejemplo y hacer mi labor de padre.
Siempre escuché que no hay un Libro que nos enseñe a ser padre. También se dice que nadie es perfecto. Y es cierto. Pero en cada caso se aprende y hoy aprendí que, por más dolor que tenga, por difícil que sea la situación, un padre tiene que “seguir en personaje” y dar el ejemplo. Un padre tiene que ser el ejemplo a seguir en todo instante.
El trabajo de meses, de años, puede echarse a perder en cuestión de segundos si perdemos la compostura. Si perdemos la calma. 
Es difícil, lo sé, créanme. Ayer tuve que sonreír cuando lo que quería era gritar. Pero lo hice, sonreí y conversamos durante un buen rato.
Porque el padre tiene que brindarles tranquilidad y hacerlos sentirse seguros en casa. Hacerlos feliz.
Ayer, finalmente, pude comportarme como un padre para ellos. 
Y fui feliz. Muy feliz a pesar del dolor de muela que persistía en molestarme.