Clandestinos
hive-179291·@jcaguila·
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  ____ No sentí el sol a la mañana siguiente. La fogata se había apagado y solo se veía por la ventana la caída de una nieve primeriza y muy blanca. La alfombra seguía debajo de mí. Los habitantes se fueron junto con Smith a no sé qué lugar, dejándome solo en la casa. Revisé cuartos vacíos, al menos cinco, supe que no confiaban en mí. Por eso no me convidaron a una cama. Me encontraba solo nuevamente, decidí salir con mis ropas de aquella casa, crucé la puerta. No había nadie en la calle, todos permanecían durmiendo o refugiándose de un terrible frío el cual yo no podía sentir. En una calle aledaña a la casa estaban estacionados un camión y una carreta. -Hoy no venderé nada – dijo un hombre saliendo del camión – toma este regalo – me lanzó un pan negro. Tomé una mordida, mas no tenía sabor alguno. Guardé el resto en un bolsillo. La carreta se acercó conducida por un campesino: -Parece que yo tampoco venderé nada hoy, toma – me entregó en las manos una naranja reluciente. Después de quitarle la cáscara bebí su jugo. La carreta se alejó por un camino de tierra muchas veces transcurrido por el polvo, hacia unas montañas altas. El camión también se retiró, por un camino asfaltado hacia una gran urbe de edificios elevados. Pasó por el cielo una avioneta, ondeando en el aire propagandas. “Los ricos compran riquezas y los pobres la subsistencia”. Pasó muy rápido entre la nieve de la cima, por lo que pude haber confundido alguna palabra. Lo leído se quedó guardado en el espacio. De repente llegaron vehículos en abundancia, de ellos se bajaron varios hombres uniformados y con escopetas feroces: -¡Salgan todos! – expresó un militar con tres estrellas blancas en ambos hombros. Las personas comenzaron a salir de sus cálidos hogares y cuando todos estuvieron fuera, varios soldados irrumpieron en la casa de Smith: -¿Quién sabe dónde se encuentran las personas que viven aquí? – preguntó furioso el coronel al ver que no había absolutamente nadie adentro. Todos los presentes callaron, entonces un soldado fusiló a un niño, luego la madre lloró poco con la misma arma apuntándole los pechos. El padre se quitó la camisa gris para tapar el cuerpo. -¿Quién sabe dónde están los que viven allí? – Volvió a preguntar el hombre mientras se le caía del hombro una estrella. Otra vez un silencio absoluto interrumpido por un disparo. El hombre volvió a matar otro pequeño, y la estrella que se le había caído al coronel se la pusieron a él después de correr nieve roja. -¿Quién sabe dónde están los que viven allí? – la pregunta comenzaba a volverse infinita en mi mente pálida y llena de indignación. -Ese muchacho de allá estaba ayer con ellos, pregúntenle a él – dijo una mujer asustada y con miedo a que mataran a su hijo. Todos me miraban y sus pistolas apuntaban mi cuerpo. No era justo que muriera tanta gente aquella mañana. Levanté ambas manos en señal de rendición. -¿Dónde están tus compañeros? – preguntó el coronel. Seguía sin poder mover los labios y formular palabras, toda respuesta era imposible de pronunciar. Una bala rozó mi hombro y caí al suelo. -Tiene el mismo abrigo que el hombre de la foto – gritó un soldado, me quitaron la prenda, lo observaron y luego lo tiraron al suelo. En la foto aparecía Smith, con una recompensa de captura que rondaba los dos millones de sellos. ¿Puede valer la vida de un niño una respuesta? Pues si es así, entonces la vida de un hombre puede valer dos millones de trocitos de papel. Me esposaron, registraron y se encendieron múltiples antorchas en las manos militares. Incendiaron la casa de Smith. Los ojos se llenaban de fuego y la nieve continuaba cayendo incapaz de apagar las llamas. Después de recibir una golpiza, me introdujeron en un vehículo rejado, antes logré recoger el abrigo. -Será juzgado por la muerte de dos niños este muchacho – escuché decir al coronel. -Lo torturaremos hasta que hable todo – lanzó una carcajada. El convoy militar se movió, sostuve los barrotes con las manos limpias y el fuego se alzaba en el cielo de los suburbios, mas la alfombra nunca se quemó.  ____ Tanto las imágenes como el texto son de mi autoría. @commentrewarder está activo
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