𝐄𝐥 𝐂í𝐫𝐜𝐮𝐥𝐨 𝐌𝐮𝐬𝐢𝐜𝐚𝐥 𝐝𝐞𝐥 𝐈𝐧𝐟𝐢𝐞𝐫𝐧𝐨|𝐍𝐨𝐯𝐞𝐥𝐚 (𝐟𝐫𝐚𝐠𝐦𝐞𝐧𝐭𝐨)
hive-161155·@marabuzal·
2.892 HBD 𝐄𝐥 𝐂í𝐫𝐜𝐮𝐥𝐨 𝐌𝐮𝐬𝐢𝐜𝐚𝐥 𝐝𝐞𝐥 𝐈𝐧𝐟𝐢𝐞𝐫𝐧𝐨|𝐍𝐨𝐯𝐞𝐥𝐚 (𝐟𝐫𝐚𝐠𝐦𝐞𝐧𝐭𝐨)
 [Infierno](https://pixabay.com/illustrations/hell-generative-ai-hellish-fire-7756539/) A mí el trabajo me gustaba y cuando me botaron era como si el cielo se hubiera juntado con la tierra y en ese proceso se hubieran aplastado todas las cosas en una danza de muerte y de “ya nunca más”, justo donde entraría Dios a ocuparse de sus ciervos triturados como cucarachas. Mi primera reacción cuando me lo dijeron fue, ninguna reacción, después sentí un mareo y casi al instante un insoportable dolor de cabeza, me dolía tanto que era como si un leñador medieval hubiera intentado arrancármela y fallara, y tanto, que yo mismo, con algo de valor, me hubiera arrancado la tapa de los sesos en un corte limpio y espectacular. Ensayé una sonrisa nerviosa, como si se tratara de alguna broma macabra, de esas que se ven en las películas norteamericanas, pero por alguna razón no conseguí que mi sonrisa resultara creíble. Casi siempre cuando alguien se ríe es porque le han hecho un chiste muy bueno o porque piensa en una maldad simple, de las que no hacen daño “el que solo se ríe de su picardía se acuerda”, decía mi abuela. No sé por qué pero hay veces en que uno se ríe y el que te mira, también se ríe, se contagia. Si estás en un lugar donde hay más de tres personas entonces la carcajada es colectiva. Por alguna razón aquel no era el caso, aún cuando en la oficina del señor Antonio habíamos siete personas, sólo yo, había intentado reír. El resto se quedó tieso, como piedras. Entonces empecé a preocuparme y a entender que por mucho que me cayera de la risa aquello no era un chiste sino parte de la cruda realidad con la que tendría que lidiar. Sentí en el estómago el mismo vértigo que deben haber sentido los desaparecidos en Argentina, o el mismo que los negros esclavos, allá en el monte, después que el rancheador ajustara la soga al ceibo al que serían colgados, o el mismo que Frank cuando fue sorprendido por los sicarios y supo que el fin era inevitable. Comprendí de repente que la vida de un hombre puede estar en las manos de cualquier hombre, y que eso que veía en los últimos meses en la isla, y nunca creí me sucedería, me derribaba, de golpe y porrazo, en los umbrales del desasosiego. El señor Antonio estaba reclinado en la silla giratoria, alisó sus bigotes a lo Cantinflas, movió el bolígrafo de un lado a otro, como el péndulo de un reloj, sin atreverse a mirarme a los ojos. Llevaba la camiseta del Real Madrid que tanto le gustaba y aunque no podía verlo sabía que estaba sentado sobre un neumático cargado de aire. La secretaria se ocupaba de algún asunto de seguridad nacional que tenía lugar en las uñas o en las cutículas, a cada momento mordía minúsculos trozos de piel y los escupía sobre una hoja, después, con cautela los tiraba al suelo con el dorso de la mano. Justamente en aquel momento acabó de cumplir el acto y miró por la ventana abierta, pensando vaya Dios a saber en qué. La secretaria era una rubia exuberante, de esas que aparecen en las producciones de Martin Scorsese. Era propiedad privada del señor Antonio, quien la encontró en un casting para una película francesa y le dio empleo en la oficina, pagándole estimulación salarial en moneda dura cada mes, sin tener en cuenta que su coeficiente intelectual no rebasaba al de un primate, con perdón de Sir King Kong. Uno miraba a esa rubia y se daba cuenta que su vida era una basura después de todo, pues en el reparto de mujeres, Dios no nos había mandado una hembra así. No obstante aquella mañana en la oficina, el radiante glamour de la rubia había desparecido y estaba más tensa que las cuerdas de un arpa. Parecía que el señor Antonio la hubiera levantado a las cinco de la madrugada para redactar la minuta de mi expulsión, y que ella, entre bostezo y bostezo, hubiera puesto la hoja en el rodillo y ahí hubiera empezado la letra inicial mayúscula de mi desgracia. El secretario del partido, un tipo gordo, calvo, de ojos verdes como las moscas gigantes que merodean el excusado, se recostaba a la pared con su camisa amarilla abotonada hasta el cuello, los infaltables tres bolígrafos vacíos en el bolsillo izquierdo, como salido de una película del ICAIC de los años sesenta, y los pantalones zurcidos en la entrepierna. Se balanceaba hacia los lados siguiendo un ritmo monocorde. La representante del sindicato, una negra antediluviana, descendiente directa de las princesas tribales de Guinea y ejemplar insuperable del arte nimba en Cuba, tenía los brazos cruzados sobre un par de tetas similares a las jorobas de un camello, y debajo de un brazo, un file de cartón con un montón de papeles. Uno de los testigos invitados por el señor Antonio para que le ayudara a romperme los timbales, se había fijado que del file sobresalía un papel amarillo que parecía una lengüeta de fuego, y le había dicho algo, pero ella no le hizo caso. Era el control de la emulación. 🤝 𝐆𝐑𝐀𝐂𝐈𝐀𝐒 𝐏𝐎𝐑 𝐕𝐈𝐒𝐈𝐓𝐀𝐑 𝐄𝐒𝐓𝐀 𝐏𝐔𝐁𝐋𝐈𝐂𝐀𝐂𝐈Ó𝐍 ⭕ <sub>© Contenido Original de mi Autoría</sub> ⭕ <sub>Imagen del banco gratuito en Pixabay</sub> 
👍 elviguitarra, psicologopoeta, yecier, bigtakosensei, meli00, limaescritora, canje, samantha06, rivereyesmusic, siempretania, joeyarnoldvn, lizandra, maylink, pocketjs, steemtelly, quochuy, ibbtammy, good-karma, esteemapp, esteem.app, ecency, ecency.stats, ecency.waves, drwom, sunisa, sorin.cristescu, thelogicaldude, yoieuqudniram, allentaylor, oasiskp2, amiegeoffrey, ene22, arieswilly, arka1, bloghound, sayee, ahmadmangazap, cherryng, bhattg, blumela, sekani, empressjay, aslamrer, mojiko-blog, sampraise77, bipolar95, soyernesto, eolianpariah2, argo8, photolovers1, oadissin, hivelist, ganjafarmer, ezun1, cumanauta, hivecuba, jomancub, eduardo900613, patricma, androliuben, theoneblog, wendy23, yale95reyra, leopard0, tgarcialvarez, sadiel0102, davidsantafe, karelnt, edeyglezsosa, daddyvaldes, yventura, kpoulout, norberto1, bbscribe94, upmewhale, irvinc, roswelborges, alto96, takeru255, sawcraz.art, malos10, marleyn, hendersonp, astrea, roadstories, omg-is-biology, lunaticpandora, fmbs25, zhanavic69, meichan, wisejg, nayita238, andreinaabril, tesmoforia, silher, sunsethunter, reinaldoverdu, vicent21, quorum4, melaniesaray, parauri, guerreroots, mafalda2018, ronaldjfs, santiagolaw, davidric, indianapatt, vgalue, yeceniacarolina, perazart, albaandreina, fulani, capybaraexchange, veronik28dic, maleidamarcano, daniel2001, kaux, blackbird24, helengutier2, manclar, elsan.artes, genice, magin.pintor, bong1011, yggdrasilwind, mey12, kimberlinhh, elisaday7, gislandpoetic, manclar.gaming, culebro, lovemessages, stefy.music, hive-125730, adalathu, itzchemaya, misticogama, elamaria, lvadlr, razzi11, chelle0891, pannavi, yris89, zeli, kombatvzla, cjmorillo, graciel-chan, ushiro.snow, mashtch, nane2004, celely, ineyashami, cemeruco, alexstrike30, ivannap, aflonyu, eliezerboyer, eniolaformula, angi.arts, perezpetit12, zaratustra.dark, sarix, gardenofcarmen, krommus, cryptosharon, roadstories.trib, galaxiavtuber, yacobh, mv-curacion, leticiapereira, hashkings, fragozar01, freed99, cryptoferyel, gulivenrev68, s3rg4, alicia2022, hk-curation, midnight-studio, cayitus63, rondonshneezy, meanbees, cyberspacegod, lycan1703, leidimarc, pablo1601, noeliazul, daily.prompt, freewritehouse, improv, d00k13, sustainablelivin, sarez, bflanagin, rbhayes, bergelmirsenpai, may2015, melisita02,