A la hora de crear un universo ficticio, tenemos que estar conscientes de que todos los escenarios que creas en este universo deben tener ciertas reglas para parecer reales. Cuando digo “reales” no me refiero a que de verdad existan, si no a que este universo debe tener una consistencia  interna. 

El realismo implica muchas cosas, como la profundidad y el intrincamiento del universo, pero primariamente es la consistencia interna del funcionamiento del universo cuando se tiene en cuenta los elementos fantásticos pre existentes. Es el grado en el que el universo y las personas en una novela aparentan vivir en un sistema funcional, dado a las consecuencias de sus características y restricciones únicas, a diferencia de existir bajo la “lógica de libro de cuentos”.

Al mismo tiempo, el realismo también está correlacionado a como los personajes actuarían, dado a como una persona real actuaría. Por ejemplo como un adulto y un experto actúan como adultos y expertos a diferencia de actuar como niños gigantes. La profundidad y las consecuencias exploradas son útiles para el realismo, podría ayudar si la personalidad de un personaje es el resultado de su crianza.
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Uno de los ejemplos más notables de esto,  es la personalidad de Tyrion Lannister en El Mundo de Hielo Y Fuego. La personalidad de este personaje es un resultado directo de su enanismo y el continuo abuso en su niñez. Esto, comparado a Harry Potter, un niño que fue abusado continuamente por su familia, que sufrió la muerte de sus padres y en ciertos momentos dejan por entender que sus padres es lo que el mas desea tener de vuelta en su vida, es un niño normal, no podrías diferenciarlo a partir de su personalidad de los otros niños. La crianza de este personaje no tiene ninguna marca discernible o no en su personalidad o su vida, buenas o malas.